La inclusión y el respeto comienzan por la comprensión. Muchas personas han oído hablar de qué es la discapacidad intelectual, pero aún existen muchas dudas y estigmas alrededor de este concepto. ¿Qué implica realmente?, ¿cómo afecta a quienes la viven?, ¿qué podemos hacer como sociedad para avanzar hacia una convivencia más justa e igualitaria?
En este artículo queremos explicarte de manera sencilla qué es la discapacidad intelectual, cómo se diagnostica, sus causas principales, los apoyos que requieren las personas y por qué es importante trabajar por su inclusión social.
¿Qué es la discapacidad intelectual?
Cuando hablamos de qué es la discapacidad intelectual, nos referimos a una condición que afecta al funcionamiento intelectual y al comportamiento adaptativo de una persona. Esto significa que pueden existir dificultades para aprender, razonar, resolver problemas, comunicarse o desenvolverse de forma autónoma en el día a día.
No se trata de una enfermedad ni de una condición temporal. La discapacidad intelectual es una forma de funcionamiento cognitivo diferente, que requiere apoyos específicos para que la persona pueda desarrollarse plenamente y alcanzar su máximo potencial dentro de su entorno familiar, educativo y social.
¿Qué causa la discapacidad intelectual?
Las causas de esta condición pueden ser muy diversas. A veces, se debe a factores genéticos (como el síndrome de Down o el síndrome X frágil), otras veces a complicaciones durante el embarazo, el parto o los primeros años de vida (como falta de oxígeno, infecciones o traumatismos). También puede haber causas ambientales, como la desnutrición severa o la falta de estimulación en la infancia.
En algunos casos, no se llega a conocer la causa exacta, y eso también es válido. Lo importante no es tanto el origen, sino el apoyo que se proporciona a la persona para su pleno desarrollo y bienestar.
¿Cómo se diagnostica?
Para que una persona sea diagnosticada con discapacidad intelectual, deben cumplirse tres criterios:
- Funcionamiento intelectual por debajo del promedio, con un coeficiente intelectual (CI) inferior a 70.
- Limitaciones significativas en el comportamiento adaptativo, es decir, dificultades para desenvolverse en la vida diaria (comunicación, habilidades sociales, autocuidado…).
- Inicio de estas dificultades antes de los 18 años.
Este diagnóstico se realiza mediante pruebas psicométricas, observaciones clínicas y entrevistas con la persona y su entorno familiar y educativo. Es fundamental que el proceso lo llevan a cabo profesionales cualificados y que se valore de manera integral la situación personal, social y educativa de quien solicita la evaluación.
Grados de discapacidad intelectual
Dentro de qué es la discapacidad intelectual, no todas las personas presentan el mismo nivel de apoyo necesario. Se establecen grados que ayudan a orientar los recursos adecuados:
- Leve: la mayoría de las personas con discapacidad intelectual están en este grupo. Pueden desenvolverse con cierta autonomía y adquirir habilidades básicas con apoyo adecuado.
- Moderada: requieren más apoyos para actividades cotidianas y aprendizaje.
- Severa: necesitan apoyo continuo y supervisión en muchas áreas de su vida.
- Profunda: requieren asistencia constante y presentan múltiples limitaciones.
Cada persona es única. El grado no define a la persona, solo ayuda a orientar los apoyos que necesita en función de sus capacidades y aspiraciones.
¿Qué apoyos necesitan?
Los apoyos son fundamentales para que las personas puedan desarrollarse, tomar decisiones y llevar una vida plena. Estos apoyos deben adaptarse de manera flexible y pueden ser:
- Educativos: adaptaciones curriculares, refuerzos, atención personalizada.
- Sociales: actividades de ocio, inclusión en la comunidad.
- Laborales: empleo con apoyo, formación profesional adaptada.
- Familiares: orientación, descanso y apoyo emocional para las familias.
El enfoque debe ser siempre personalizado. No se trata de “ayudar por ayudar”, sino de proporcionar a cada persona lo que necesita para alcanzar su máximo potencial.
Derechos de las personas con discapacidad intelectual
Las personas con discapacidad intelectual tienen los mismos derechos que cualquier otra persona. Esto incluye:
- Derecho a la educación inclusiva.
- Derecho al trabajo digno.
- Derecho a decidir sobre su vida.
- Derecho a la accesibilidad.
- Derecho a la vida en comunidad.
Sin embargo, estos derechos no siempre se cumplen de manera efectiva. Es responsabilidad de toda la sociedad garantizar que las leyes de inclusión se apliquen y se respeten.
Educación e inclusión
La educación inclusiva es un pilar para comprender mejor qué es la discapacidad intelectual. Adaptar métodos de enseñanza, respetar la diversidad en las aulas y fomentar entornos donde todas las personas puedan aprender juntas son pasos esenciales para lograr una verdadera inclusión.
La inclusión educativa no es solo una cuestión de recursos; también implica actitudes abiertas, empatía y compromiso real con la igualdad de oportunidades.
Vida adulta
La discapacidad intelectual no desaparece al cumplir los 18 años. Por eso es fundamental acompañar a las personas en su transición a la vida adulta: facilitar su acceso al empleo, a una vivienda digna, a relaciones afectivas y a una participación plena en la sociedad.
Muchas personas adultas con discapacidad intelectual pueden trabajar, vivir de forma independiente o tomar sus propias decisiones, si cuentan con los apoyos adecuados. Además, contar con una red de apoyo estable es fundamental para que puedan desarrollar su proyecto de vida de forma satisfactoria.
Romper mitos
Romper mitos sobre qué es la discapacidad intelectual es fundamental:
- No todas las personas son iguales.
- No significa que no puedan aprender.
- No implica una enfermedad mental.
- No es compatible con tener una vida plena y feliz.
La mejor forma de romper mitos es informarse, conocer de cerca y escuchar a quienes los viven en primera persona, respetando siempre su voz y su experiencia.
¿Cómo puedo contribuir a una sociedad más inclusiva?
Tú también puedes marcar la diferencia. Aquí van algunas ideas:
- Usa lenguaje respetuoso y no discriminatorio.
- Escucha a las personas con discapacidad intelectual.
- Apoya iniciativas que promuevan la inclusión.
- Rompe prejuicios.
- Infórmate y comparte información veraz.
La suma de pequeños gestos puede transformar entornos y crear una sociedad más abierta y equitativa para todos.
Saber qué es la discapacidad intelectual es el primer paso para respetarla, apoyarla y promover una sociedad verdaderamente inclusiva. Desde ASPRONA trabajamos día a día para garantizar los derechos, la participación y la felicidad de todas las personas, independientemente de sus capacidades.